«¡Qué banales estos hombrecillos de la política, que, según ellos, actúan como filósofos!»

MARCO AURELIO (Meditaciones, IX, 29)

sábado, 20 de diciembre de 2014

SI ESTÁS EN PARO ERES UN IDIOTA

Anselmo Carballo

El título de este Post es el mantra que oímos a diario de los poderes políticos, económicos y financieros para culpabilizar a las personas que están en desempleo.

No es de extrañar que abunden libros de autoayuda, manuales y guías sobre cómo montar tu propia empresa, cómo hacer negocio en las redes sociales, cómo hacer una buena entrevista de trabajo y lo que nunca debes decir, cómo buscar trabajo en internet, cómo crear tu propia marca personal, y un largo etcétera que está dando mucho de sí, además de cursos, sucedáneos y diletantes.

Vamos, que si no te conviertes en un “producto” atrayente para el mercado, fíjate p.ej. en la Coca-Cola, no tienes nada que hacer. Si sigues el camino correcto terminas siendo quien no eres, o al manos procúralo.

Me resulta intolerable que me pregunten cómo es posible que no me haya montado un negocio por mi cuenta, sobretodo viniendo de personas en buena posición económica. Les respondo: “caballero, píquemelo menudito que es pa’ cachimba”.

Me suelo topar con empleados públicos en las entrevistas de trabajo, a las que soy citado por la oficina de empleo, haciéndome preguntas absurdas que ni ellos mismos responderían, a sabiendas de que el puesto de trabajo al que concurro ya está concedido de antemano, cuando, en la mayoría de los casos, se trata de contratos de trabajo temporales que el organismo competente en materia de empleo subvenciona a las corporaciones locales.

En la última me entrevistó un técnico del servicio de empleo y otro de la entidad local, sólo me recogieron el curriculum, ni siquiera contrastaron la veracidad del título de licenciatura. Su respuesta fue que baremarían los méritos de los candidatos. Obviamente yo desconocía los criterios para baremar, tanto de los estudios realizados como de la experiencia. Claro, nunca más se supo.


¿Será la marca o la desvergüenza?


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